La artritis psoriásica (AP) es una enfermedad inflamatoria crónica, que afecta entre el 10% a 30% de las personas que padecen psoriasis. La AP compromete principalmente las articulaciones de las manos y los pies, pudiendo causar dolor, hinchazón y rigidez. Aunque también, puede verse afectada la columna vertebral, y otras articulaciones, como la de las rodillas, la cadera, y otras partes del cuerpo. En la mayoría de los casos, la psoriasis aparece antes de la artritis. Pero en algunas personas, la artritis puede aparecer antes que la enfermedad de la piel. Es importante remarcar que la gravedad de la artritis no tiene relación directa con la extensión de las lesiones cutáneas.
El principal síntoma dérmico de esta patología es la aparición de placas de piel enrojecida bien delimitadas, cubiertas de escamas blanquecinas y que frecuentemente se distribuyen de forma bilateral afectando a zonas de roce como los codos o las rodillas.
Los síntomas comunes de la artritis psoriásica son:
No existe una única prueba para llegar al diagnóstico. Primero, hay que demostrar que hay psoriasis en el paciente o en sus familiares de primer grado. Luego, demostrar que hay artritis y determinar de qué tipo se trata. Evaluando las características especiales de la artritis, mediante las características clínicas y radiológicas, una persona con psoriasis y dolores articulares (artralgias) sin inflamación articular (artritis) no debe ser diagnosticado de artritis psoriásica.
Esta enfermedad debe ser tratada en forma conjunta entre el dermatólogo y el reumatólogo, ya que, algunos tratamientos sirven tanto para tratar la piel como las articulaciones afectadas, mientras que otros solamente se usan para la psoriasis o para la artritis.
El tratamiento de la artritis psoriásica suele incluir medicamentos antiinflamatorios, terapia física, cambios en el estilo de vida, y medicamentos inmunosupresores. Es importante destacar que, al ser una enfermedad crónica, no tiene cura, el objetivo del tratamiento es reducir la inflamación, aliviar el dolor y prevenir el daño articular.